Deseos carnales.
¿Pero que haces maldita zorra? – dijo el joven de ojos verdes.
Hago lo que se me place y gozo de tu sufrimiento, mañana a la luz del puto día vas a ser desterrado y culpado por tus actos sucios y pecaminosos- dijo la adolescente, desafiando al Joven. Se miraron frente a frente llevaron su pasión al punto en que sus cuerpos eran incontrolables, pidiendo mas y mas sexo. Su complicidad los juntaba mas, al saber que burlaban desde lejos un alma enamorada y enloquecida por encontrar aquel lugar en donde se derrochaba placeres carnales, estos dos jóvenes ardientes.
Juntos e intimando agresivamente, se tomaron las manos, se miraron con unos ojos de inmensa culpabilidad, pero el silencio era permanente, a esa hora no se movía nada, nada mas que ellos, se olieron se lamieron como dos gatos en celos, y con sus bocas se mordieron como si quisieran arrancar sus pieles de tanta satisfacción incontrolada que ejercían, aquella noche se hizo muy lenta, al sonido de las agujas del reloj, también se podían escuchar las respiraciones de estos dos cuerpos agotados. A las horas después salieron los primeros destellos de sol, observaron sus cuerpos insaciables, hasta que terminaron su acto, y finalmente se abrazaron, y durmieron hasta más no poder. Llego la hora de abandonar aquel lugar, y se despidieron como simples amigos, y sus ojos cómplices de aquel engaño recordaban aquella noche y reían de satisfacción. Pasaron los días, y estos dos jóvenes sentían algo muy raro, estaban acostumbrados al sexo, pero no a lo que les pasaba: estaban completamente enamorados, pero no podían hacerlo saber, ya que ambos se rechazarían. Pero que situación más ilógica usarse como objetos sexuales y satisfacer en las necesidades de cada humano, y no hacerse saber sus sentimientos “cursis”. Han pasado tantas historias entre estas dos personas, las mayorías de incontrolables deseos impuros. El joven se había dado cuenta de los sentimientos que ejercía su cuerpo sobre ella, como su corazón palpitaba mas de lo normal, y como transiparaban sus manos cuando ella las tocaba, cuando ella lo besaba apasionadamente , el joven tiritaba y su cuerpo mandaba una sensación de calor , ya que ella ejercía dominio sobre el .El muchacho no se quedaba atrás, y para no sentirse acorralado de aquellos sentimientos, el trataba de doblegarla y llegar a puntos extremos para proteger sus verdaderos sentimientos. Un día inesperado por la joven, recibió un llamado telefónico del muchacho, pero ella negativamente le corto la llamada.y este enloqueció a tal punto de ir a buscarla por todos lados, duro 2 días enteros hasta poder hallarla, y en su camino gritaba de dolor y una furia incontrolable, que la amaba con todas sus fuerzas, que su corazón se moriría si ella no lo encendía con una chispa de amor, y que siempre estuvo enloquecido por ella y que jamás la utilizo como un objeto sexual, y que la quería para si, y no perderla jamás en esta vida, pero había ocultado sus sentimientos porque tenia temor a ser rechazado por esta muchacha que no se tomaba nada en serio, ya que había sido victima de innumerables engaños. Cuando al fin se encontraron estos dos jóvenes, el la tomo de la cintura, la miro detenidamente, para cerciorarse que no lo había estado engañando, miró sus labios para saber si estaban irritados, entonces procedió a besarla enloquecidamente y apasionadamente, la toco con fuerzas, y la hizo suya con un caluroso abrazo. La niña se sintió amada, pero confundida a la vez, ya que le tenia fobia a algún sentimiento q la llevara a enamorarse, ella sufrió tanto en tiempos aquellos que llego a extirpar cada sentimiento, limitándolo solo a el goce de los placeres obscenos. Y siguieron abrazados y besándose, se mordían sus labios como dos perros calientes, tanto fue su desesperación que sus labios se vieron ensangrentados, entonces pararon su beso efusivo, y se confesaron sus íntimos y mas ocultos sentimientos. La maldita muchacha al momento en que estaban besándose, saco un puñal que tenia escondido entre sus ropas y al momento en que este le confeso sus verídicos sentimientos se lo enterró despiadadamente, una, otra y otra vez, fueron siete veces exacta en que esta niña enterró su puñal al joven, mientras tanto le susurraba al oído que lo amaba pero no podía aceptarlo, porque prefería matar esta irrealidad, a morir ella en estos sentimientos absurdos que no van acorde a su persona. El joven agonizando, le sonrió por ultima vez y le dijo en voz baja “eres una maldita zorra que comió a esa niña de nobles sentimientos, nos veremos en el infierno”. La niña después de ver morir a su amado, se arrepintió pero siguió adelante con lo que debía hacer, entonces lo llevo a su pieza, y dejando un camino de sangre de color rojo oscuro en el suelo, entonces cogio el cuerpo, lo subió a su cama, en donde desesperadamente abuso del cuerpo fallecido, y lo hizo carnalmente suyo, hasta el día de hoy esta mujer desquiciada abusa de este cuerpo putrefacto e indefenso, que goza de placer.
